Un gato muy astuto, sentía mucha hambre, cuando caminando vio que un pequeño ratón saboreaba un rico queso. El gato y el ratón eran enemigos por naturaleza, pero hacía mucho tiempo que no se peleaban. Se acercó el gato y le propuso al ratón hacer una carrera para ver quién era el más veloz. El ratón dejó a un costado el queso y empezó a correr. El gato burlándose agarró el queso y se fue corriendo en dirección opuesta al ratón, gritándole: «¡Ahora veamos quien es más veloz!»
El ratón muy molesto se dio cuenta del engaño, pero ya era muy tarde pues el gato se escapó para comerse su queso. Al ratón solo le quedó llorar pues ya no podía hacer nada.
No hay que ser confiado.
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