Gracia era una niña muy alegre a la que le gustaba estar rodeada de amigos y jugando siempre con ellos. Tenía un hermanito de 4 meses al que todos adoraban. Una tarde cuando llegó a casa quiso hablar con su mamá y ella le dijo que estaba muy ocupada atendiendo al bebé.
Entonces fue donde la abuela para conversar con ella y le dijo que estaba ocupada preparando el alimento del pequeño y que mejor hablarían mas tarde. Gracia salió de la cocina muy molesta sin decir nada.
Cuando llegó su padre ella salió corriendo a recibirlo. Él la abraza fuerte y pregunta: ¿Cómo está tu hermanito? Ella enfurecida no podía creer que todos se preocupaban solo por su hermanito. Llegó la noche de navidad y Gracia vio los regalos junto al gran árbol de navidad y emocionada corrió a ver cual de ellos seria el suyo.
Acercándose abrió un regalo y vio que era para su hermano, abrió el siguiente y también era para él. Abrió uno más y ……. ¡también para el niño! Después de abrir 10 regalos, solo 4 eran para ella, de los cuales uno de ellos era una caja grande y cuando la abrió era solo un libro. Gracia se enojó mucho y casi a gritos preguntó: «¿Mamá por que me regalaron esto?»
La mamá la sentó en su falda, la abrazó y tomando el libro leyó que decía: «Para mi más grande tesoro, lo mejor de mi vida!»
Gracia volteaba la siguiente hoja y vio una linda bebé rodeada de muuuuuchos regalos y de toda la familia. Su padre le dijo: «Esa eres tú hijita. Tú también fuiste bebé así como tu hermanito. Fuiste nuestro mejor regalo de navidad». Así Gracia entre lágrimas comprendió que su pequeño hermanito en realidad estaba recibiendo la misma atención que ella recibió cuando también era una bebé. Dijo que la próxima navidad ella le regalaría a su hermanito un álbum de fotos idéntico al de ella, y lo mejor de todo es que ella también aparecería con él.
Nuestros hermanitos pequeños no deberían causarnos celos. Recordemos que ellos solo están recibiendo la misma atención que recibimos nosotros de pequeños.
¡Sé el primero en comentar!