Lify era una pequeña jirafa que vivía en una hermosa sabana, ella era muy despierta y preguntaba siempre a su mamá cuando podría alcanzar las hojas de los árboles para comérselas. Un día Lify ya había crecido lo suficiente y decidió ir a dar un paseo para degustar unas sabrosas hojas de acacias.
Cuando llegó al árbol más cercano, se inclinó y se dio cuenta que no podía llegar aún a las hojas, entonces se puso a llorar desconsoladamente.
Un pajarito que estaba en el árbol y había estado viendo a la jirafita se conmovió y comenzó a cortar con su piquito una a una varias hojitas del árbol, ofreciéndoselas después a la pequeña jirafita. Lify se puso muy feliz y desde ese día Lify y el pajarito se hicieron muy buenos amigos, siempre se ayudaban, disfrutan del sol, del agua y sobre todo de jugar y compartir la comida de la sabana. Ambos aprendieron que ser solidarios y compartir nos ayuda a tener más amigos y a ser más alegres y felices.
¡cuantas verdades! me ha gustado.
Qué hermoso cuento. Sigan así.
es muy buena moraleja y me gustó el cuento.