Ana tenía una Madre muy laboriosa, tanto así que cada día podías escuchar que decía:
-Anita, limpia tu cuarto, acaba tu desayuno, tienes que comer todas las verduras, barre rápido, duerme temprano, estudia!!… y bla, bla, bla, bla . . .
Ana, decía en su mente:
-Mi mamá es muy mala, ¿hasta cuando voy a seguir así? todos los días recibo órdenes, desde que me levanto hasta que me acuesto, y encima tengo que estudiar demasiado, no me deja en paz, quiero un día estar sin hacer nada como mis amigos, a ellos sus padres no los molestan, ellos hacen lo que quieren y a la hora que quieren, mi mamá es mala!!
Pronto pasaron los años, Ana creció mucho y sana gracias a la actitud de su Madre, fue una gran alumna, por eso llego a la universidad y con excelentes calificaciones, aprendió a ser una buena cocinera y ahora que se caso sabe cuidar de su familia y la salud de ellos, tal como se lo enseño su mamá. Aprendió que los verdaderos amigos son aquellos en quienes realmente puedes confiar, por eso eligió a su esposo y hoy tiene una hermosa familia, como ella dice ahora:
Todo es gracias a mi mamá, ella a quien yo llamaba mala madre, es la persona a quien le debo mucho de la persona que llegue a ser ahora. Solo deseo que cuando tenga mis hijos ellos me llamen, mala mamá y entonces sabre que estaré haciendo bien las cosas. Solo cuando somos niños creemos que todo lo bueno que las madres intentan hacer de nosotros, es porque son malas. Cuando crecemos nos damos cuenta que todo lo mejor que hicieron es amarnos.
¡Sé el primero en comentar!