Cuenta la historia que una vez Santa Claus, imaginaba como podría ser mas veloz para llegar a todos los niños del mundo sin faltarle a ninguno. Tan solo anhelaba entregarles muchos regalos solo en una noche y un día, así que pensando mucho tuvo una gran idea, debía encontrar algo que aumentara la velocidad de los renos y encontró una yerbas mágicas que sería el alimento de sus lindos animales.
Para eso Rodolfo el reno era un pequeñín que anhelaba ser parte del equipo de Santa, un día se encontraron y Santa le dijo:
-¿Que te pasa tienes algún problema?
-Es que tengo la nariz muy roja y todos me molestan.
Pero Santa respondió así:
-Tu nariz es hermosa y debes recordar que lo más importante no es lo externo, pero necesitas crecer y creer en el fondo de tu corazón, que un día cuando crezcas estarás en mi equipo y seras único y parte de mi familia, porque todos lo son. Solo tienes que prepararte, cree en esto y lo lograras.
Así paso el tiempo y Rodolfo el reno iba observando como Santa Claus preparaba durante el año todos los juguetes que iba a entregar en navidad, el tenía una fábrica muy grande y organizada con muchos juguetes. Cada año recibían muchos pedidos de todos los niños del mundo.
Un día Rodolfo empezó a crecer y a ser uno de los más fuertes y veloces del reino, pues Santa había encontrado unas yerbas mágicas que al dárselas a los renos los hacían cada vez mas veloces, lo cual era muy bueno a la hora de la entrega de juguetes porque cada año nacían mas niños y no se daban a vasto.
Así, cuando llego la navidad, todo quedaba listo, los renos, la cena para el viaje, la ropa de Santa que su esposa le preparaba, unos cantos celestiales que ensayaron anunciando así su llegada, era tan emocionante para todos este fascinante viaje que de los renos, quien esta vez estaba listo y adelante, e iba con orgullo iniciando su gran travesía, cruzando por los cielos del mundo y a gran exactitud, era y con honor, Rodolfo el reno.
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