Había una vez un pueblo pequeño, en el que vivía un comerciante junto a su esposa y su hija, a la cual todos llamaban Basilisa la Hermosa, pues era muy bonita. Cuando la pequeña cumplió ocho años, su madre enfermó gravemente y sintiéndose morir, la llamó para hacerle un lindo regalo. —Escucha, hija mía, porque estas serán las últimas palabras que voy a decirte —le advirtió, mientras le entregaba una muñeca—, tome mi bendición y esta muñequita...
Etiqueta -Cuentos sobre Amabilidad, cortesía, atención, consideración, afabilidad, urbanidad
En esta sección de Cuentos Cortos para Niños de Amabilidad, encontrarás cuentos que permiten a los maestros y padres, inculcar este valor en los pequeños en la escuela y el hogar de forma entretenida.
Antes que nada debes saber que la amabilidad es un valor muy importante que consiste en tratar a los demás como nos gustaría que nos trataran a nosotros.
Ejemplos:
-Abrir la puerta para alguien que tiene las manos ocupadas.
-Ser cortés con alguien que está teniendo un mal día.
-Ayudar a un compañero que no sabe como resolver un problema.
A la amabilidad frecuentemente también se le llama: cortesía, atención, consideración, afabilidad, urbanidad.
¡Esperamos que disfrutes nuestros Cuentos Infantiles Cortos de Amabilidad!
Blanca era una niña cuyos padres por razones de trabajo vivían muy lejos, por eso ella quedo al cuidado de la abuela, todo lo hacían juntas y se querían mucho. Eran días de mucha nieve y todos en sus casas se preparaban para la Navidad adornando los árboles, las luces y adornos de muchos colores. Pero algo entristecía el corazón de Blanca, ella deseaba con todo su corazón que sus padres estuvieran con ellas para Navidad...
Había una vez una pobre mujer que dio a luz a un precioso bebé, el cual nació envuelto en la tela de la suerte. Entonces, los sabios predijeron que iba a ser un muchacho muy afortunado y que un día, iba a casarse con la hija del rey. Días más tarde, el rey llegó de visita al pueblo sin que nadie supiera que se trataba de él. Así que se acercó a unos campesinos para hablar. —Saludos, buenos hombres, vengo de paso por aquí. Díganme, ¿qué novedades...
Había una vez un espantapájaros que había sido levantado sobre un inmenso campo de trigo. Todos los días se la pasaba ahí colgado, aburrido y sin nadie con quien hablar. Los campesinos que iban a recoger la cosecha lo ignoraban y él se sentía inmensamente solo. Trató entonces de hacerse amigo de los pájaros que bajaban para buscar comida, pero estos parecían tenerle miedo. Él no comprendía porque, puesto que solo quería ser amable. Sin darse por...
Había una vez una viuda que tenía dos hijas. La mayor, era fea, perezosa y grosera, pero como era la que más se le parecía, la egoísta y mala mujer le tenía gran cariño, y le dejaba hacer lo que le viniera en gana. La menor en cambio, era hermosa por dentro y por fuera, muy dulce y compasiva; se parecía más al padre, lo que provocaba que su madre le tuviera mala voluntad, riñéndola y castigándola constantemente. Un día le ordenó que fuera a...
Hubo una vez una zorra que invitó a una cigüeña a cenar en su casa. La zorrita vivía en una madriguera y, haciendo como que quería quedar bien con su plumífera vecina, comenzó a insistir en que se presentara esa noche para degustar con ella todo tipo de manjares y sabrosos postres. —Voy a preparar todo lo que a usted le gusta señora cigüeña —dijo ella zalameramente—, incluida una sopa exquisita que seguramente la hará entrar en calor. Ya verá...
Había una vez una mujer que vivía en lo más profundo del bosque, dentro de una cabaña bajo cuya ventana florecían dos rosales, uno blanco como la nieve y uno rojo como la sangre. Al poco tiempo, le nacieron dos niñas tan bellas que decidió nombrarlas como sus queridas flores: Nieve Blanca y Rosa Roja. Ambas crecieron hasta convertirse en muchachas con una gran belleza y corazón. Siempre que salían para recoger bayas o leña, los animales se les...
Autor: Esopo Había una vez un león que estaba descansando sobre un pasto muy verde y con un viento muy agradable, bajo la sombra de una palmera. Era como un sueño para él. De pronto este sueño se vio interrumpido por un pequeño ratón que corría y corría sobre el león porque estaba practicando para una maratón que iba a ver dentro de una semana. Entonces el león abrió un ojo para ver qué pasaba y vio al pobre ratón que se lo imaginaba aderezado...