Una gaviota que siempre pescaba peces pequeños, se dio cuenta que tenía que pescar muchas veces al día y que sería mejor si de una sola pesca pudiera tener alimento para el resto del día.
Mientras pensaba en esto, al ver a un pelícano pescar y meterse el pez entero en su garganta, quedó asombrada y pensó que sería fabuloso si ella hacía lo mismo. Entonces miraba al pelícano cómo pescaba y trataba de aprender de ella.
Hasta que decidió que ya era hora de aplicar lo aprendido y se lanzó al mar. Atrapó su primer pez que tenía el mismo tamaño que ella. A duras penas pudo cargarlo mientras parecía que sus alas se iban a romper por tanto peso.
Entonces descendió sobre una roca con el pez. Un milano que estaba cerca la veía y le dijo:
-Vaya, es un pez muy grande para ti. Nunca he visto una gaviota como tú.
-He decidido dejar de pescar peces pequeños y ser como un pelícano.
Acto seguido a gaviota se metió todo el pez en la boca y sin poder respirar, intentó devolverlo pero no pudo. Falleció asfixiada.
Está bien superarse a sí mismo y pensar en grande pero hay que conocerse a uno mismo para no causar más daño que bien.
me encantaron las fabulas, muy amenas, cortas y con una gran moraleja.