En una ocasión un tren traía un vagón lleno de vino, pero pesaba tanto ese vagón que en el camino se detuvo y no había manera de moverlo, siendo inútil todo intento.
Al rato una mujer, «Nuestra Señora», observaba la escena y se acerco al carretero con la intención de ayudarlo, pero antes ella manifestó tener mucha sed y se acerco a pedir un vaso de vino, pero como no habían vasos ella tomo una flor de color blanco y envolviendo las hojas bebió el vino allí.
Una vez que termino de beber el vino, «Nuestra Señora» soluciono el problema del vagón. El día de hoy aquella flor se llama:
-El pequeño vaso de «Nuestra Señora».
Dar de comer al hambriento y dar de beber al sediento, trae gran bendición.
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