En algún lugar de este mundo, un león que era ya muy viejo y no podía alimentarse por sí solo por su avanzada edad, decidió con gran astucia ir a vivir a una cueva por donde sabía pasarían muchos animales. Una vez instalado, pensó que debía acostarse en el piso, así viéndolo decaído podía inspirar lástima en los demás y de esa manera lograría convencer a cualquiera al pedirles que se acercaran a el.
Seguro de sí mismo, hizo así. Los animales al pasar sentían lastima por el y se acercaban para preguntarle si necesitaba comida a lo que el asintiendo con la cabeza afirmaba que si, pero antes con mucha amabilidad les pedía que entren a la cueva, a lo que aceptaban sin dudar, la verdad es que cada día entraba un animal pero nunca salía. Eso llamaba mucho la atención de una zorra que observando siempre encontraban huellas de ingreso a la cueva, mas no de salida porque el león les tendía una trampa, se los comía de uno en uno.
La zorra con prudencia se animó y se acerco a preguntarle al león:
-¿Quieres que te traiga algo de comer?
-Por supuesto que sí, muchas gracias. Pero antes ¿podrías pasar solo un momento para que me ayudes un momento?
-Claro que entraría a ayudarte sino me hubiera dado cuenta que …. solo veo huellas de animales que han entrado supongo que a ayudarte, pero no veo por ningún lado huellas de salida. Por eso no entrare, viendo así frustrado su plan el león al ver que la zorra era muy astuta, dejándolo así en total evidencia.
Aprende a distinguir las señales de advertencia, así evitaras los peligros.
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