Hubo una niña que caminado con sus amigos por el campo, encontraron una casa que decía en la puerta con letras muy grandes:
-«Di las palabras mágicas y ya veras».
Los niños intentaron una y otra vez muchas frases como salakadula, machikabula, bibidi, babidibu, pero ninguna funcionó, no sucedía nada especial. Hasta que Alicia, una de las niñas, pensando en voz alta dijo: Casita «por favor» . . . y de repente antes que terminara la niña de hablar se abrió la puerta de la casa.
Todos los niños entraron muy curiosos y lo primero que encontraron escrito en una pared era: «Continúa con la magia». «Gracias» casita, dijo Alicia. Inmediatamente se abrió otra puerta, al ingresar los niños encontraron muchos dulces, tortas, helados, y hasta un payaso que armo una gran fiesta, había todo lo que un niño desearía para celebrar. Alicia y sus amigos ese día celebraron los cumpleaños de todos y recordaron que las palabras mágicas que siempre debemos usar y que funcionan serán:
«Por favor, gracias, discúlpame, te quiero» y todo lo bueno que puedan decir.
Las palabras tienen mucho poder, por eso es mejor decir palabras que sean positivas siempre.
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