El cuento que vas a leer a continuación, es un hermoso regalo para la Navidad, que nos recuerda la importancia de ser agradecidos con nuestros seres queridos; especialmente en esta época.
Querido abuelito:
Cuento con que recibas mi carta antes del día 31 de diciembre, ya que mis intenciones son muy claras, quería saludarte y darte mis mejores deseos para el año que llega, el 2025, esperando que esté lleno de felicidad para ti.
A menudo me acuerdo de como solíamos sentarnos juntos frente al lago local, observando como flotaban en sus aguas las latas de gaseosas de diferentes marcas. Te comento que ahora solo veo latas de Coca Cola y algunas que pertenecen a la competencia, pues ya te habrás enterado de que tanto Pepsi como Coca Cola, se adueñaron del mercado.
Aunque eso haya cambiado tanto, yo recuerdo todas esas latas con el mayor cariño y cuando pienso en cada una de ellas, pienso también en ti.
Otra cosa que quería contarte es que, gracias a la carrera que hice en Harvard y a los tres idiomas diferentes que aprendí, logré obtener un trabajo excelente, en el que poco a poco me fueron ascendiendo hasta quedar como el jefe, además de tener la oportunidad de demostrar todos mis conocimientos.
Con lo que he ganado en mi empleo, pude comprarme una televisión que se ve ideal en el comedor de la casa, y también otra más chiquita que colocamos en nuestro baño, el cual compartimos con nuestros vecinos del apartamento 14. ¿Sabes? Antes era muy aburrido darse un baño ahí, pero ahora es de lo más agradable, me puedo bañar mientras me enteró de la vida de los famosos al mismo tiempo.
Cuando llega la hora de la cena, me siento a comer con mi familia y entre todos decidimos cuales son las cosas que vamos a comprar el mes que viene. Los ingeniosos anuncios de nuestra nueva televisión hacen que tomar esta decisión sea más sencillo. ¡Deberías ver lo bonita que luce en el centro de la mesa!
Y ahora llega el motivo más importante de esta carta: darte las gracias desde el fondo de mi corazón.
Mi muy querido abuelo, quiero agradecerte de verdad todo el esfuerzo que pusiste de tu parte, para que yo pudiera ir Harvard, para que estudiara esos tres idiomas y consiguiera títulos, maestrías; tantas cosas sin las que hoy en día, no podría llevar la vida que tengo.
Ahora, gracias a ti, puedo decir que tengo un futuro brillante y que me siento orgulloso de todo cuanto he logrado, además de las virtudes que siempre inculcaste en mí.
Por eso abuelito, te deseo que este año que viene estés lleno de salud, de alegría y de prosperidad. Tú más que nadie sabes el esfuerzo que me ha costado llegar hasta aquí y yo más que nadie, sé que todos los sacrificios que hiciste por mi educación, fueron por amor. Gracias abuelo y Feliz Navidad.
Con mucho cariño: Tu nieto que siempre se acuerda de ti.
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