Una tarde de verano un grupo de hormigas recogían su alimento con diligencia para el invierno. Al ver una mariposa herida ellas se acercaron compadecidas a ayudarla y la llevaron para protegerla y curar sus heridas.
La mariposa fue lastimada por unos niños que creían que pueden llamar «juego», al hecho de lastimar a los animales por ser indefensos sin importarles nada. Le habían roto las alas y no podía volar, era la mas bonita de las mariposas de aquel lugar.
Cuando los niños regresaron para hacer lo mismo, sacaron unas hondas con las que pensaban tirar piedras a las aves y a sus nidos, ellos disfrutaban ver caer los huevos y ver como se rompían en el suelo. Pero las hormigas se pusieron de acuerdo para darles un buen escarmiento a esos niños que hace rato se lo merecían.
En señal de protesta por la mala actitud de aquellos niños, llamaron a las abejas. Cuando los niños se acercaron con sus malas intenciones, las abejas empezaron a volar alrededor de ellos causando tanto alboroto que los niños no sabían por donde ir porque eran muchas, una de las abejas les dijo:
-¿Te gustaría que te rompan un brazo, o que te jalen de los cabellos?
-«No, me dolería mucho dijo el niño llorando»
-«Pues a nosotros los animales también nos duele que nos maltraten, no lo vuelvan a hacer o les haremos lo mismo, ¿entendieron?»
Dijo una abeja muy enfadada.
-» ¡sí! respondieron todos los niños.
De allí en adelante, los niños cuando regresaban por el lugar nunca mas hicieron daño a los animales, las plantas o las flores. Ahora cuidaban la naturaleza y la disfrutaban.
No hagas a nadie lo que no desearías que hagan contigo.
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