Algún tiempo atrás, en un centro comercial muchos niños paseaban en la zona de juegos con amigos y familiares. Algunos saltaban en un trampolín, otros jugaban con unas pelotas, mientras otros paseaban en los carros chocones.
Toño que era un niño muy alborotado y andaba de juego en juego, se perdió por unos minutos, se fue a comprar dulces pero demoraba demasiado preocupando a sus familiares y a los agentes de seguridad del centro comercial.
A la media hora encontraron a Toño cerca de un auto con gente desconocida que lograron llamar su atención con dulces y globos. Parece que a Toño no le enseñaron que los niños no deben hablar con ningún extraño o tal vez lo olvidó al ver las golosinas que a todos los niños les gusta.
Lo cierto es que ningún niño debe aceptar nada de algún extraño, aún cuando le regalen cosas, dijo la abuela. Felizmente lo encontraron a tiempo antes que subiera al auto ya que esa era la intención de los desconocidos, llevárselo, comentaron los padres.
De allí en adelante conversaron los padres con Toño pero seriamente y le contaron algunas historias de niños que fueron lastimados o desaparecieron por desobedecer a los padres. Toño debió aprender la lección y nunca mas habló con extraños aunque le regalaran dulces o juguetes, aun si le decían que sus padres ordenaban que fuera con ellos, estuvo muy advertido.
Los padres son las personas que mas aman a sus hijos, a ellos se les debe obediencia porque siempre desearan lo mejor para sus hijos.
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