Paseaba un león por la selva luego de una larga caminata, éste cansado, agobiado por el intenso calor, sediento y hambriento buscaba a su próxima víctima para comerla. Avanzo su camino y encontró una liebre que descansaba después de un almuerzo contundente.
Al acercarse a la liebre, de pronto el león vio que pasaba un ciervo más grande, robusto y apetitoso. pensando que con el tendría más comida, corrió tras el intentando así alcanzarlo dejando escapar a la liebre, quien al escuchar los ruidos y viendo al león escapo sin rumbo. Por cierto el león a pesar de lo ágil que es, no logró alcanzar al ciervo por lo que perdió su oportunidad de atraparlo al igual que a la liebre.
El león molesto consigo mismo por perder a la liebre en lugar de haberse conformado con ella, lamentaba seguir con hambre por haber pretendido querer más y que todos los demás animales de la selva lo observen y murmuren por su mala decisión. El león estaba incómodo y avergonzado, por eso dijo:
-Cuanto lamento haber pretendido abarcar mas teniendo a la mano lo que estaba listo para comer, me merezco esto y más. Soy la burla de otros animales más pequeños que yo y más inteligentes, todo esto me pasa por querer comer más, lo perdí todo y sigo con hambre.
Si tienes en tus manos una oportunidad por pequeña que parezca, no la desperdicies, aprovéchala,
hasta que estés seguro de que tendrás otra oportunidad mejor.
muy buena lección, cuanto queremos más primero debemos conformarnos con lo que tenemos