Un perro estaba encargado de cuidar la paja que sería alimento para los bueyes, su patrón le dijo: Quédate aquí y cuida la paja, pero en cuanto veas a los bueyes hazlos entrar y que coman. Pero cada vez que veía a los bueyes acercarse este perro egoísta no los dejaba, ladraba y ladraba muy fuerte sin parar molestando a todos con tanto ladrido y solo con la intención de espantarlos. Su dueño no se imaginaba lo que su amigo fiel en realidad estaba haciendo.
Los bueyes muy molestos decían: Pero ¿que se ha creído este perro? no come ni deja comer, esta paja es para nosotros y no nos deja alimentarnos, ¡que es lo lo que le pasa! si supiera nuestro amo lo que nos hace, otra cosa sería de nosotros. De pronto se les ocurrió una gran idea y empezaron a hacer mucha bulla para llamar la atención de su amo hasta que llegó y se dió con la sorpresa de que aun no comían.
Lo que le pasaba al perro es que no le gustaba que ellos coman solo porque a el no le daban de comer a tiempo y como su egoísmo era mas grande que su tamaño, no le importaban los demás y prefería pelear con ellos.
«El respeto a los demás es tan importante como cuando queremos que nos respeten».
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