En cierta ocasión caminaba por allí un gallo muy preocupado, tenía el deber de alimentar a su familia las gallinas, a sus pollitos y tenía que soportar a la vez el inclemente sol. En ese momento había sequía y por lo tanto no era el único que estaba en la búsqueda del tan preciado grano y muy difícil de encontrar en el campo. Para sí mismo pensaba, recordaba y decía en voz alta: Si tan solo hubiera sabido que esto sucedería hubiera guardado alimento y no estaríamos sufriendo como ahora, así continuo su camino casi sin fuerzas..
Dándose ánimo para continuar de pronto encontró algo muy parecido a un grano pero muy brillante, al acercarse lo que menos imaginaba el gallo era encontrar una piedra preciosa en lugar de un grano de alimento, enojado y en voz alta dijo: Si mi dueño te hubiera encontrado antes que yo, estaría brincando como loco de tanta alegría y seguro estaría muy feliz. Yo solo quiero y necesito comida para mi familia y para mi, esto a mí no me gusta ni me sirve.
«Lo que para uno en la vida puede ser valioso, puede que para otro no lo sea»
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