Una zorra a la cual le habían cortado la cola desde su nacimiento, vivía sumamente apenada y avergonzada por esa condición. Ella se veía muy diferente a sus demás hermanas por lo cual, creció con grandes complejos, pues era el centro de la mirada de los demás vecinos del terreno donde vivían.
En una tarde, cuando meditaba la zorra, se le ocurrió hablar con sus hermanas para sugerirles que ellas también se cortaran la cola, evitando así, que le hagan bullying, si lo hacían, parecería que era algo natural en su especie. Ya reunidas alegaba que tener una cola, era innecesario e incomodo y que esa era la mayor razón para cortárselo.
Sin embargo en el grupo, ya se murmuraba que la zorra intentaba convencerlas según su conveniencia, a esto se sumaba que ninguna estaba de acuerdo y no se atrevían a decirlo, sin embargo una de las hermanas harta de las constantes sugerencias se fastidió y la increpó delante de todas en plena reunión diciéndole:
-Hermana dinos la verdad, si no fuera por que es conveniente para ti que hagamos esto, ¿realmente nos pedirías que nos cortemos la cola?
A lo que la zorra avergonzada no se atrevió a responder. Aprovechando esta actitud, la hermana dijo a todas: ya ven pues, tengo razón hermanas, ella no haría esto ni se cortaría la cola si la situación fuera al revés. Es parte de nuestra naturaleza que si tengamos cola y no es culpa nuestra que ella por un accidente no la tenga. Lo que sí debemos hacer es no mirarla mucho ni burlarnos de ella, un accidente lo tiene cualquiera y a nadie le gustaría que lo hagan sentirse mal con actitudes indebidas.
Cuídate de los consejos que solo beneficien a otros, mas no a ti.
¡Sé el primero en comentar!