En el sexto día de la Creación, Dios vio que todo lo que había hecho era bueno en gran manera. Pensó que era el momento de crear a alguien que pudiera disfrutar de la obra de sus manos y se enseñoreara de tantas maravillas. Así que se inclino y empezó a formar un muñeco del polvo de la tierra, con mucha paciencia y amor formo las extremidades superiores e inferiores, de rato en rato observaba con cuidado cada parte de su creación, e iba formando a su imagen y semejanza a quien pronto sería la primera criatura humana.
Termino su obra y después de ver tanta perfección hecha por sus manos inhalo aire profundamente y le dio aliento de vida al primer ser humano a quien llamó Adán. Cuando Adán vio por primera vez a su Creador, sonrió y lo llamó Padre. Seguramente se dieron un gran abrazo lleno de amor sin ninguna duda.
Adán paseaba por la tierra y jugaba con los animales sin ningún temor, corría con los leones y acariciaba a un tigre como si fuera un lindo gatito, disfrutaba de las fragancias de las flores y la variedad de plantas, saboreaba de las exquisitas frutas y hierbas que la naturaleza le ofrecía para que se alimentara en el mismo huerto del Edén, era tan feliz conversando con Dios y lo hacían cara a cara todos los días cuando paseaban juntos.
Pero Dios en su amor infinito, vio que Adán estaba solo y pensó en crearle una compañera pero que fueran juntos muy felices. Un día que Adán descansaba Dios hizo que tenga un sueño profundo y de una de sus costillas, formo a una hermosa mujer a quien llamo Eva. Cuando Adán despertó y la vio frente a el, la vio perfecta y la amo desde que la vio. Ambos caminaban juntos y en la compañía de su creador se mantenían muy unidos haciendo planes cada día. Este fue el primer matrimonio de nuestra creación.
Dios creo a Adán para que fuera muy feliz y viviera eternamente.
¡Sé el primero en comentar!