Si hay algo que nos encanta de los niños, es esa facilidad que tienen para reírse de todo y de todos, solo ellos saben ver el lado divertido de la vida. Es por eso que pensamos que las frases graciosas que reunimos en el artículo de hoy, podrían ser perfectas para compartir con ellos. Compártelas en casa o en el colegio, a través de sus teléfonos o en las redes sociales. A los chicos les encantará pasar un buen rato leyéndolas.
Hoy me desperté y no sabía que ponerme… así que me puse feliz.
¿Conoces ese instante por las mañanas, en el que levantas de la cama y sientes muchísima energía? ¿No? Yo tampoco.
Si la vida no te sonríe… ¡sácale la lengua!
No olvides aprender las reglas al pie de la letra. Así podrás romperlas mejor.
Se están agotando los genios en el mundo. Primero se murió Einstein, después Beethoven se quedó sordo y ahora a mí me está dando dolor de cabeza.
¿Miedo? Miedo es entrar a la ducha cuando el agua está saliendo fría y quedarte en una esquina, indefenso y temblando.
Los amigos vienen y van, igual que las olas del océano. Pero solo los amigos verdaderos se quedan, como un pulpo pegado a tu cara.
¡No me caí! El piso se veía triste, así que decidí darle un abrazo.
Solía pensar que era alguien indeciso, pero ahora no estoy seguro.
En ocasiones desearía ser un octopus, así podría golpear a ocho personas a la vez.
Mi cama tiene una fuerza misteriosa que no me deja levantarme temprano por las mañanas.
Quiero ser igual que una oruga: comer un montón, dormir por mucho tiempo y despertarme hermoso.
Si a alguien se le ocurre llamarte feo, voltea hacia él y dile: disculpa, ¡no soy un espejo!
A veces intento ser normal, pero eso es demasiado aburrido. Así que tarde o temprano vuelvo a ser yo mismo.
No sé porque estás llorando, si tú fuiste el que me cortó. Atte: La cebolla.
La felicidad es levantarte temprano un sábado por la mañana, solo para darte cuenta de que puedes seguir durmiendo.
Internet, esa única cosa que no hace reír a nadie cuando se cae.
Siempre respeta a tus padres. Ellos sobrevivieron la escuela sin ayuda de Google.
Yo podría ser una persona madrugadora, si la madrugara no ocurriera demasiado temprano.
El silencio es oro. A menos que tengas niños, en ese caso, el silencio es sospechoso.
Mi mente es como mi navegador de Internet. Hay al menos una diez pestañas abiertas y tres de ellas están congeladas, con la música a todo volumen.
La vida es como la ropa interior: lo mejor que puedes hacer es cambiarla de vez en cuando.
Nunca rompas el corazón de alguien, solamente tiene uno. Mejor rompe uno de sus huesos, tiene más de doscientos.
Yo y mi cama fuimos hechos para estar el uno con el otro, pero mi despertador siempre trata de separarnos.
A los amigos de verdad no les importa si tu casa está desordenada. En lo único que se fijan, es en si tienes comida en la nevera.
El sentido común es como un desodorante. La gente que más lo necesita, no se molesta en usarlo.
Mi habitación no es un desastre, es una pista de obstáculos cuidadosamente diseñada para mantenerme en forma.
Los bostezos son una reacción natural de nuestro organismo, para avisarnos que solo nos queda un 10% de batería.
¡Ánimo! Los primeros cinco días antes del fin de semana siempre son los más difíciles.
¡Salvemos la tierra! Es el único planeta donde existen los dulces.
Cuando estás en la cama: Son las seis de la mañana, cierras los ojos por cinco minutos y al despertar son más de las siete. En la escuela: Es la una de la tarde, cierras los ojos por cinco minutos y al despertar es la una con un minuto.
No soy extraño, soy de edición limitada.
Yo soy una persona que lucha por sus sueños, es por eso que todos los días me despierto muy tarde.
Queridas Matemáticas: Por favor maduren y resuelvan sus propios problemas. Ya me cansé de tener que resolverlos yo.
El otro día le pregunté a mi perrito: «¿Qué tal me veo?». Él me respondió: «Guau!». ¡Por eso lo quiero tanto!
La edad es solo el número de años que el mundo ha podido disfrutar de tu maravillosa presencia.
Voy a quererme más que ayer pero menos que mañana.
Siempre sigue tu corazón, pero no te olvides de llevar tu cerebro contigo.
Tú nunca sabrás lo que realmente tienes… hasta que decidas limpiar tu cuarto.
No puedes hacer feliz a todo el mundo. No eres un frasco de Nutella.
Y recuerda: si el plan A falla, todavía te quedan 26 letras en el abecedario.
Los amigos valen oro, así que no seas tonto: ¡véndelos!
Entre vivir de rodillas o morir de pie, prefiero sobrevivir sentado.
Mi cerebro no me dice: ¡Ni se te ocurra decir lo que estás pensando». En lugar de eso me dice: «Tú suéltalo, vamos a ver que sucede».
No pienses en ti como una persona fea. Piensa en ti como un chimpancé bonito.
Detesto los lunes, me molestan los martes, ignoro los miércoles, me agradan los jueves, adoro los viernes, me encantan los sábados y me aburren los domingos.
Si alguien encuentra por ahí un tornillo, ¡es mío!
Tengo que ir al oculista, pero jamás veo el momento.
La vida es demasiado corta para tomarse todo muy en serio. Así que si no puedes burlarte de ti mismo, llámame… que yo me burlaré de ti.
Créeme, cuando me desperté esta mañana no estaba en mis planes ser fabuloso(a)… pero sucedió.
No puedes comprar la felicidad… pero puedes comprar chocolate. Son casi lo mismo.
Si de verdad amas a alguien, déjalo dormir.
Frases como estas son capaces de hacer sonreír hasta el más amargado, ¿no lo crees? ¿Conoces alguna otra que sea muy divertida y especial para entretener a los más chiquitos? ¡Dínosla en los comentarios!
¡Sé el primero en comentar!