Paso el tiempo y una comadreja se hizo vieja, a causa de sus enfermedades y edad avanzada era incapaz de poder cazar su propio alimento que eran los ratones y otros animales.
Ella encontró por allí mucha harina y sin pensarlo dos veces se las ingenio para revolcarse en ella para confundir a los demás y así pensaran que ella era algún alimento. Su propósito era atraer así a sus presas y que caigan en su nueva trampa y le fuera fácil poder alimentarse, para esto se puso en un lugar oscuro y se quedo quieta para esperar, hasta que un ratón que saltaba por allí salto sobre la comadreja cayendo devorado y directo a su estómago.
Paso un rato y cayó pronto un segundo ratón, luego un tercero y así otros más. Todos creían que ella sería su alimento cuando en realidad todos caían en su trampa hasta que ella se harto y se echo a dormir. Pero de lejos un ratón viejo y de larga experiencia, ya que supo sortear muchas trampas y ratoneras, evitando una muerte segura, desde lejos y de manera segura pudo advertir las malas intenciones de su mañosa enemiga, y de la cual se expreso diciendo:
-¡Ah! ¡tu que te crees muy astuta! ¿crees que porque te bañaste en harina no te voy a reconocer? pues te equivocas, en adelante ya no podrás engañar a nadie. Ya lo veraz todos lo sabrán.
Si, en efecto, la comadreja nunca más pudo comer ningún ratón.
Recuerda, la vejez y la experiencia son las mas grandes fuentes de sabiduría.
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