La ciencia a veces puede ser difícil de comprender para los niños, sobre todo si lo único que pueden hacer, es acercarse a ellas por medio de los libros y las lecciones en clase. No queremos decir que estos recursos sean malos, pero a veces necesitas usar algo más práctico y entretenido si quieres mantener su atención. Por eso a continuación, te proponemos cinco divertidos experimentos que los más pequeños pueden hacer con seguridad, a la vez que exploran su lado científico.
¡Son tan entretenidos que hasta a ti te encantará probarlos!
Índice
Líquido magnético
Para el primer experimento vas a tener que abrir tu impresora y juntar un poquito de pintura seca, que se haya impregnada desde el toner. No importa de que color sea pero eso sí, puedes pedir a los niños que usen guantes si quieres prevenir que se manchen las manos o la ropa.
Necesitas:
- Un frasco
- Pintura seca de toner
- Agua
- Un imán
Procedimiento:
- Llena unas tres cuartas partes del frasco con agua.
- Agrega la pintura en polvo y ciérralo perfectamente.
- Toma el imán y acércale a las paredes del frasco para ver algo genial… ¡la pintura se mueve conforme el imán lo hace!
Explicación: El toner posee propiedades magnéticas, las cuales pueden reaccionar incluso con una pared delgada de por medio. Es por que si acercas un imán podrás manejarlo a tu antojo.
Masa misteriosa
El siguiente experimento es la mar de divertido y le fascinará a los niños. Se trata de crear una masa que sea blanda y dura al mismo tiempo, ¿cómo es esto posible? ¡Míralo enseguida!
Necesitas:
- 200 gramos de almidón de papas
- Agua
- Un cuenco
Procedimiento:
- Primero que nada, vacía todo el almidón en el cuenco.
- Ahora agrega agua y mezcla ambos ingredientes hasta formar una sustancia espesa y ligeramente líquida, como la crema.
- Deja que se asiente y hunde tus dedos lentamente, notarás que se sumergen sin ningún esfuerzo.
- Trata de hundir tu puño rápidamente sobre la masa… ¡se ha solidificado!
Explicación: Esto es lo que se conoce como fluido newtoniano, una sustancia que se caracteriza por tener una viscosidad que varía con el tiempo. Por eso cuando metes un objeto de manera lenta, parece blandito pero cuando lo haces de forma rápida, se endurece. Puedes jugar metiendo todo tipo de cosas, como pelotas pequeñas que reboten.
Nieve artificial
¿Quién dice que hay que esperar a que sea invierno para jugar entre la nieve? Tú puedes hacer tanta como quieras en casa, de un modo súper sencillo y seguro.
Necesitas:
- Algunos pañales para bebé
- 600 ml de agua
- Un recipiente de vidrio
- Tijeras
Procedimiento:
- Abre los pañales y corta el interior con unas tijeras para sacarles todo el algodón.
- Desmenuza el algodón con tus manos sobre el recipiente, hasta que notes que un polvo blanco surge del material. Se trata del poliacrilato de sodio, una sustancia muy interesante y necesaria para nuestro experimento.
- Cuando reúnas el poliacrilato de dos o tres pañales, añade el agua. Notarás como en cuestión de segundos, se forma la nieve ante tus ojos.
Explicación: El poliacrilato de los pañales es un polímero, una sustancia súper absorbente que retiene el agua al instante, permitiendo obtener esta preciosa textura de nieve. Una vez que el agua se evapore, volverá a su estado inicial en forma de polvo, ¡pero si lo vuelves a mojar tendrás nieve de nuevo! Puedes dejar que los niños jueguen con ella cuanto quieran, pero asegúrate de que no se la lleven a la boca, ni la ingieran.
NOTA: Tampoco hace falta que los niños usen guantes al momento de desmenuzar los pañales. El poliacrilato no es tóxico al contacto con la piel.
Huracán en un frasco
¿Has escuchado el término «tormenta en un vaso de agua». Pues con este experimento realizaremos algo muy parecido, vamos a crear un pequeño huracán dentro de un frasco.
Necesitas:
- Un frasco de 500 ml
- Vinagre
- Jabón para platos
- Agua
Procedimiento:
- Llena tres cuartas partes de frasco con agua
- Enseguida agrega una cucharada de jabón y otra de vinagre.
- Cierra el frasco y muévelo rápidamente de manera circular. Observa el diminuto tornado que se ha formado en el interior, ¡es genial!
Explicación: El jabón y el vinagre son sustancias más densas que el agua, de manera que al unirse pueden ascender a la superficie. Pero cuando mueves el frasco circularmente, los dos forman un remolino que persiste incluso cuando has dejado de agitarlo.
Jugando con huevos
Terminamos con un experimento muchísimo más simple que los anteriores, pero no por ello menos interesante. Especialmente porque también es súper práctico para los niños.
Necesitas:
- Solamente un huevo
Procedimiento:
- Toma un huevo en tu mano e intenta colocarlo de pie sobre una superficie lisa.
- Notarás que el huevo se cae.
- Vuélvelo a tomar y agítalo en tu mano, descargando suavemente tu puño contra la mesa. Ten cuidado, ¡no lo vayas a romper!
- Ahora vuelve a intentarlo… ¡increíble! Esta vez el huevo sí puede sostenerse de pie.
Explicación: Al principio, el huevo se encuentra inestable pero una vez que lo agitas con golpes ligeros, la yema se desplaza hacia abajo, logrando estabilizarlo al brindarle un punto de apoyo. A esto se le conoce como «el principio de Columbus».
Ya ves que no necesitas entrar a un laboratorio, ni mucho menos usar materiales costosos o peligrosos para divertir con ciencia. Anímate a entretener a tus hijos o a tus alumnos con estos experimentos geniales, ¡la diversión nunca se terminará!
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