Hacer que los niños se comporten es más sencillo de lo que piensas, sin embargo, padres y maestros suelen cometer por igual algunos errores que pueden desembocar en rabietas, llanto y hasta chantaje emocional. Siempre es posible evitar estas argucias, aplicando consejos prácticos de enseñanza para mejorar su conducta. No es necesario recurrir a castigos demasiado duros para lograrlo. Toma nota de los siete consejos que compartimos hoy contigo y lo comprobarás por tu cuenta.
- Establece reglas específicas. Si deseas que los niños te obedezcan, más vale dejar de lado las peticiones generales como «pórtate bien». Lo mejor es que los pequeños tengan una idea clara de lo que deben y no deben hacer. Por ejemplo, no es lo mismo que les digas que hay que ser ordenados, a que les indiques como y donde deben guardar sus juguetes después de divertirse.
- No uses atajos para evitar sus rabietas. Es muy común que muchos adultos usen salidas fáciles como dulces o sobornos, con tal de que los niños no hagan un berrinche. Sin embargo, hacer esto es propiciar que piensen que siempre pueden salirse con la suya. Evita esta clase de atajos y sé firme en tu decisión; las rabietas son normales y pasajeras.
- Deja de justificar todo lo que hacen. «No pasa nada, así son los niños», «Ya aprenderán cuando crezcan», «Es que se sienten muy solos»… frases como estas suelen ser muy repetidas cuando nos apena regañar a los chicos que se portan mal. Lo cierto es que la mala conducta jamás tiene justificación y eso es algo que deben aprender desde pequeños. Los problemas personales no son una excusa.
- Hazles entender que todas sus acciones tienen consecuencias. De la misma manera, es muy común que padres y maestros tengan miedo de castigar a los niños, pensando que podrían herir sus sentimientos o que son demasiado duros. Cuando los chicos no son corregidos a tiempo, difícilmente se harán responsables de los errores que cometan al crecer.
- No esperes a que alguien más los regañe. Algunos creen que es más fácil dejar que alguien más se encargué de enderezar el camino de los niños: los maestros, los tíos, los abuelos, el otro padre… lo cierto es que la crianza infantil es una tarea compartida, cuyo mayor peso recae en los padres. Por eso, no temas ser duro en casa cuando sea necesario.
- Usa más frases positivas, en lugar de prohibirles las cosas. Es más fácil que los chicos comprendan lo que no deben hacer si evitas usar frases de connotación negativa. Por ejemplo: en lugar de decirles «te prohibo comer dulces» puedes decir, «hoy vamos a comer algo que es mejor para tu salud, y es igual de rico.»
- Explícales el porque de tus reglas y decisiones. Cuando los niños comprenden porque haces las cosas, querrán cooperar contigo en vez de llevarte la contraria. Así que no temas decirles que si tienes reglas para ellos, es porque los amas y quieres lo mejor en sus vidas. Verás que se vuelven más receptivos hacia ti.
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