Entre el primer año de vida y los cinco años, niños y niñas se caracterizan por explorar sus habilidades corporales, tales como gatear, caminar, correr, saltar, subir y bajar escaleras, por mencionar algunas. Todas actividades comprenden lo que se conoce como motricidad gruesa, un conjunto de movimientos para los cuales no se necesita gran precisión, pero que sin duda son esenciales para fortalecer sus músculos.
Jugar y moverse es la mejor manera que tienen para desarrollar las articulaciones de brazos, piernas, hombros, cuello, espalda, abdomen y demás, a fin de convertirse en personitas sanas y activas. ¡Tú puedes ayudarlos con los juegos que proponemos enseguida!
Jugando con la pelota
Un juego sencillo que pueden practicar niños de todas las edades, es usar una pelota para hacer distintos tipos de movimientos. Lo más recomendable es elegir un balón mediano de hule, que no sea muy pesado. Con él pueden correr en el jardín para descubrir de cuantas maneras es posible usarlo: arrojándolo, pateándolo, lanzándolo al aire y atrapándolo.
Es esencial que los pequeños tengan libertad al principio para manipular la pelota como mejor les parezca. Más adelante podrán ser parte de juegos con reglas más específicas, como el fútbol, el basquétbol o el voleyball.
Caminando sobre la línea
Una propuesta estupenda para que niñas y niños puedan mejorar su sentido del equilibrio, es este juego que se puede llevar a cabo tanto en interiores como en exteriores y que consiste en trazar varias líneas en el suelo. El objetivo es que los chicos caminen estrictamente sobre ellas, sin desviarse del camino.
Para elaborar cada línea puedes usar cinta adhesiva, tizas de colores o pintura si cuentas con un espacio que puedas destinar a juegos. Lo mejor es que no traces rayas que sean exactamente iguales, sino dibujarlas con diferentes longitudes y formas, como círculos, cuadrados, triángulos y demás. También pueden entrecruzarse.
Arrojando globos
Nada como desarrollar los reflejos infantiles, que enseñándolos a lanzar y atrapar. Para que no se lastimen es una idea genial inflar varios globos de colores, que pueden arrojar tan lejos como quieran sin el riesgo de golpearse.
Aunque los globos son un objeto simple, basta un poco de creatividad para obtener una tarde repleta de diversión con varios desafíos: evitar que toquen el suelo, lanzarlos de un lado a otro o jugar con dos al mismo tiempo. Ten en cuenta que, si estás jugando con niños muy sensibles, el sonido de un globo al reventarse puede alterarlos; pues no a todos les gustan los ruidos fuertes. Hay que estar al tanto de sus preferencias antes de proponer cualquier juego.
Bailando con aros
El clásico baile hula es ideal para que los más pequeños muevan sus cuerpos y desarrollen el ritmo. Tanto si están en casa como en la escuela, les encantará divertirse de esta forma. Consigue varios aros para jugar y muéstrales como pueden manipularlos, usando algunas partes corporales como la cadera, las manos, los pies y el cuello, para hacer que se mantengan girando sobre sí mismos.
Esta dinámica es aun más entretenida si se lleva a cabo con música, así que no dejes de armar una lista con las mejores canciones infantiles que conoces para entretener a los niños.
Caminando sobre latas
Otro gran juego de motricidad, es el que se puede hacer con un par de latas. La idea es fabricar unos zancos para que los chicos se puedan mover sobre ellas, manteniendo el equilibrio y usando manos y pies al mismo tiempo.
Lo primero que tienes que hacer, después de desocupar y lavar las latas, es hacerle dos agujeros a cada una a ambos lados. Usa un clavo y un martillo para lograrlo. Lo siguiente, es atar un cabo de cuerda que atraviese cada un de estos orificios, asegurando sus dos extremos. De esta manera, los niños tendrán un punto del cual sujetarse mientras están caminando. Fíjate que quede del largo adecuado.
Ahora todo lo que tienen que hacer es subirse sobre las latas y usar las cuerdas para alzarlas y dar pasos cortos y largos, averiguando que tan lejos pueden llegar sin caerse. ¡Esta es una diversión fantástica para ellos!
Saltando la cuerda
Saltar la cuerda es un clásico al que todos jugamos cuando éramos niños y que puede hacer mucho por el equilibrio, coordinación y reflejos de los más chiquitos. Lo mejor es que pueden jugar solos o con sus amigos, pues se adapta a un gran número de personas.
Haz que dos niños sostengan los extremos de la cuerda y la muevan de manera circular, para otro o varios chicos, se metan en medio y la salten. A medida que el juego avance, la velocidad de sus movimientos lo hará también, por lo que tendrán que estar muy atentos. Por cierto, esta actividad también se disfruta mucho más cuando pones música y es una forma perfecta para impulsar el ejercicio físico desde la infancia.
Si tus hijos o tus alumnos aun son muy pequeños para saltar la cuerda sin tropezarse, siempre puedes empezar por lo más básico: mueve la cuerda lentamente y a muy poca altura del suelo, diciéndoles que salten de un lado a otro. Deja que lo hagan una vez solos y otras, tomándose de las manos, aplaudiendo y chocando sus palmas.
Como ves, hay un montón de juegos geniales con los que niños y niñas pueden estimular su motricidad mientras juegan y hacen ejercicio. ¿Se te ocurre algún otro? ¡Cuéntanoslo en los comentarios!
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